sábado, 15 de septiembre de 2007

Las Ultras: De carne o espíritu


En un recurso casi insostenible, Titanía se amparo en la pregunta ¿soy espíritu o soy carne?.

Las palabras que la rodeaban, ya profanadas por aquel viejo tratado, ensuciaban sus manos de verdades a medias. Cual sería la correspondencia de su euforia trastocada en la traición y su alma de razonadora innata. O en un caso análogo, cual era la forma de la carne en la herejía misma.

Amar se erigía en una mentira, o eso era lo que quería fundamentar en el suspiro mas largo. Aun cuando el olvido ya era probado, el resabio de tales días la atosiga. La Ultra víctima del unicornio salvaje, llamado pasión. Pero era de esperar que la carne hablara:


Carne:_ Surjo de las pieles con el hedor del perfume y la música de las uñas. A ti espíritu pregunto de donde nace tu error.

Alma:_ Los tintineos del corazón, atrevida carne son solo mios e incluso sus goces he regido desde siempre, como te atreves a acusar a esta Alma, de tus perjurios mal habidos. Triste el día en que la Ultra dejo de gozar solo con el espíritu. Nadie compensa mi elevación de la realidad y mi discernimientos estrategicos, vínculos noúmenos, cogitos y hasta unidad en un parpadeo. Pero tus interferencias odiada y extasiatica Carne me reducen, me alejan de la libertad. O es acaso que tu, finita de límitaciones desborda la libertad. No puedo mas que afirmar tus limitaciones frente a la falta de transgresión.

Carne:_ Más te enciendes y mas me aburres con tus plétoras ajenadas, quien crees que te permite a través de la sensación mas vivida, recorres los caminos de lo místico. Quien te a dado mas existencia para y por mi recorrer del mundo. Me acusas de no redimir el limite en su nueva forma, pero tu trasgresora de antaño tiñes las verdades en palabras vacías de contenido.

quien eres al fin para juzgar a las pasiones que te mueves, a los ojos que te enseñan las justicia y la libertad.

Alma:_ Muchos se han referido a tu carácter sepulcral, es mas ahora en la injuria de la fogosidad, que la excelencia te evada cuan irracional te presentas ante estas hermosas Ultras. Que defienden en sus faldas la exuberancia a través de la razón. Sin embargo me agobia tu presencia, que me desvela la terrible palabra: ENFERMEDAD. Donde lo bueno se denigra por el vicio de la carne, y donde la pasión de Eros que es quien me mueve a mi se degenera de manera irreprochable. Sera tendenciosa Carne, que nuestro destino sea el mismo. Que la muerte de ambas resuene en un triunfal momento de trascendencia. O sera que nuestra reconciliación y batalla constante nos hacen devenir en una propia existencia.

Un Alma que es particular.

Una Carne que es universal.

Las dos degeneradas en la búsqueda de la absoluta trascendencia. La verdad mismas, la libertad misma riñen en nuestros senos teñidos de dudas sobre si compartir la gloria.

Carne:_ ¡Ay, de mi hermana! Tu comprendes hasta secretamente lo indecible, me das las alas que la tierra encadenada me ha sacado. No reprocho nuestro odio, ni nuestro amor escindido. Una u Otra damos cuenta de los mismo, preservando y desdichando géneros mortales. Empecinamos a las Ultras en nuestras manos a jugar fuera de sus corazones. Pero hay una que me preocupa, una que descubrió el goce de la semántica prohibida y utilizo al mismo Eros en contra de la tradición.


La Ultra se sobresalto, la habrían descubierto las perezosas Alma y Carne. Su quiebre dentro de los limites de la estirpe se hacían patente. Titanía mutaba en aquello todavía sin nombre, que se desplegaba en una inconclusa mística. Quizás ya era tiempo de crear.


Luz.

dedicado a los nuevos amigos de Afra.

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