domingo, 4 de noviembre de 2007

El raye

Esta construcción nace de una transgresión del concepto de rayar (Del lat. radiāre).
1. tr. Hacer o tirar rayas.
2. tr. Tachar lo manuscrito o impreso, con una o varias rayas.
3. tr. subrayar.
4. tr. Estropear o deteriorar una superficie lisa o pulida con rayas o incisiones.
5. tr. C. Rica. Dicho de un vehículo: Adelantar o rebasar a otro.
6. intr. Dicho de una cosa: Confinar con otra.
7. intr. Amanecer, alborear. Rayar el alba, el día, la luz, el Sol.
8. intr. Sobresalir o distinguirse entre otros en prendas o acciones.
9. intr. Dicho de una cosa: Asemejarse a otra, acercarse a igualarla. Rayar EN lo ridículo.
10. prnl. coloq. Arg., Chile y Ur. enloquecer (‖ volverse loco).
Quizás la ultima de las acepciones resulte la mas adecuada, para entablar nuestras primeras relaciones con el Raye o ser rayado. Este que deriva de una sobre valoración del estado de “bienestar” excluyendo la existencia de su desarrollo espiritual, mental, etc. Nos condena en la búsqueda eterna de placebos “materiales” del existir. El deseo, expresamente apreciado desde el mercado capitalista. Envuelve a la concepción misma del raye. Es decir en termino simples, el raye es la enfermedad de una prolongada exposición a la búsqueda del bienestar o bien apreciado desde una política neoliberal capitalista. El deseo extremo de consumo no solo afecta a la disposición esencial sino a los componentes instrumentales como el lenguaje. En este encontramos que el uso extremo, del bien contrae a la lengua de tal manera que la realidad no es perpetrada.
La falta de sentidos sobre los conceptos elementales, transforman las configuraciones mentales y las políticas de uso en meras cuestiones de consumo. Donde el bien resplandece por mantener la realidad tal y como es. Tal fenómeno es llamado raye, el cual es expresable dentro de la alegoría platónica de la caverna como aquel filosofo que salio de la caverna pero su exposición al sol (figura del bien) fue excesiva. Es decir, el filósofo fue insolado por la idea del bien. Provocando el exceso deteriorador de la razón y manifestando en procesos analíticos donde los sentidos en vez de consagrarse como múltiples son restringidos. ¿Será esto nuestra añoranza de seguridad al configurar al mundo?


continuara...
Saludos Luz

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